jueves, 23 de enero de 2014

La magia se pasó por Alalpardo.

Ocurre a veces, los planetas se alinean y una competición se vuelve muy especial. Eso ocurrió en Alalpardo en el II Trail del Serrucho de manera masiva. Los ingredientes fueron una pizca de buena organización, una pizca de corredores que se conocen entre sí, otro poco de mal tiempo y cuarto y mitad de barro. Introduzca los ingredientes en un bol y remueva para mezclarlos bien, no hay ni que dejarlo adobar porque la reacción es instantánea.

El día no acompañaba, lluvia y frio. Pensaba que iba a faltar mucha gente por cómo pintaba el escenario pero no fue así, en seguida empezaron a aparecer caras conocidas por todos lados. No os voy a nombrar a todos, sabéis de sobra quienes sois, algunos os veo más y a otros menos, con algunos solo he cruzado 2 palabras, a otros solo os conozco por las redes,  pero se os quiere, de verdad, compartimos pasión y eso ya es mucho compartir en este siglo XXI. La primera cosa que me llama la atención son las sonrisas, todo el mundo está sonriendo, los comentarios giran en torno a nuestra locura, en cómo explicar esto a la gente que está fuera del pequeño mundo que hemos creado. Hemos formado un ecosistema propio, en estos deportes es necesaria cierta empatía, y más en un país como este que ha empezado a correr recientemente. En cierto modo me jode que la gente nos mire un poco raro, de verdad que no hacemos nada extraordinario, simplemente corremos, está a la altura de cualquiera que se lo proponga.
Llega el momento y nos vamos en grupo desde el polideportivo a la plaza de toros, donde está la salida. Todo son saludos, comentarios positivos, miradas de complicidad, alegrías, abrazos, estiramientos. No hay miedo, nadie cuestiona la meteorología, aquí hemos venido a disfrutar y punto. Somos una masa apasionada, se percibe la energía positiva.

Y dan la salida, ¿qué comentar de la carrera? Todos sin excepción nos dedicamos a correrla lo mejor que pudimos. Nos olvidamos de marcas o ritmos, se iban haciendo grupitos donde todo el mundo se ayudaba. Los voluntarios, qué voluntarios, así como la gente de Protección Civil, no dejaban de dar consejos, indicar por donde se pasaba mejor y ayudar en todo lo que podían. Dejamos de ser corredores para ser niños, ¿quién no ha disfrutado de pequeño saltando en los charcos  y poniéndose de barro hasta las orejas? Al menos así lo he sentido, fuimos 500 niños con dorsales disfrutando de unas horas de barro y agua sin limitaciones. También hubo espacio para el esfuerzo, por supuesto, no fue fácil completar el recorrido, ni mucho menos. Creo que fue una carrera épica, divertida y entrañable. Personalmente, estoy orgulloso de poder decir: “Yo estuve en el II Trail del Serrucho”, esa frase sonará mucho tiempo en nuestro mundillo.   

Foto cortesía de: www.tufotodelacarrera.com

viernes, 10 de enero de 2014

Pretemporada.

Podríamos hacer el chiste de: La pretemporada es larga y dura, cómeme la pretemporada….pero no lo vamos a hacer ;)

Si, es complicada, el triatlón tiene una particularidad y es que cuando se termina la temporada se termina de verdad. Algo parecido pasa con la montaña pero sigue habiendo pruebas de trail y similares todo el año, aunque no haya mucha montaña pura y dura te puedes quitar el gusanillo. Con el tri no pasa eso y se hace duro, el deporte de las tres disciplinas engancha mucho y cuando llevas unos meses sin practicarlo tienes mono.
Una vez que terminas tu temporada tomas unas semanas de “descanso”, te dedicas a ir a las kedadas, hacer pruebas de asfalto, trail, crosses, juntarte a todo el mundo. Arranca después una etapa de acondicionamiento y otra general en la que hay que empezar a preparar el cuerpo, esto se hace puñetero porque una gran parte de ese entrenamiento se basa en el volumen. Hay que meter cantidad y poca calidad, hay que visitar el gimnasio a conciencia, no tienes objetivos a la vista y es que estás a 5 ó 6 meses de tu primera prueba. Tampoco tienes buenas sensaciones, te notas un poco torpe, estás trabajando la fuerza-resistencia en el gim incluso buscando un poco de hipertrofia, estás metiendo muchos metros de natación sin hacer ninguna serie, corriendo hemos hecho tiradas de 14-17 Km recurrentemente, la "velocidad" sólo la hemos aplicado después de un día de fuerza. Esos días son particularmente jodidos porque “lo has petado” con las pesas el día anterior y al aplicar series de 400, por ejemplo, no tienes buenas sensaciones. Recuerdo un 25x100 después de uno de los días más duros de gimnasio cuando estábamos buscando la hipertrofia donde sufrí como un puto perro. Estaba cansado, hacía frio, hacía viento, a ratos llovía, eran las 8 de la noche y estaba todo oscuro, las piernas infladas, los hombros dolían, estaba muy incómodo. Tenía que buscar el máximo de 180 pulsaciones y no llegaba, estuve a punto de tirar la toalla es día, lo reconozco. “¿Qué coño haces Suso? Vete a casa y tómate una cerveza, vete al cine, sal a tomar unas tapas…” Controlé los malos pensamientos y terminé el entrenamiento, lo tengo como uno de los entrenamientos más duros que he hecho nunca, ¿suena a coña verdad? Un 25x100, cualquier cosa menos algo épico.

En la bici hemos metido mucho kilometraje, atrancado y con poca cadencia, sin levantarme del sillín en las cuestas, buscando esa fuerza que tanto me va a hacer falta. Días de lluvia, de frío, con dolores en las piernas por las pesas, por las series, el cuerpo quejándose de lo que le estás haciendo….y ningún objetivo a la vista.
Se hace duro, se hace muy duro todo ese volumen, volumen y más volumen. Pero la distancia con los sueños se disminuye mediante la disciplina. Ahora mismo me veo fuerte, la fase específica se acerca y estamos haciendo cambios en los entrenos. El gimnasio ya no es tan pesado, hemos cambiado a fuerza-velocidad. La bici aparece con más sesiones y hay que empezar a hablar de calidad. La base está puesta, los pilares que van a soportar la temporada ya están definidos, ahora podemos construir la casa. Han sido un par de meses duros pero ha merecido la pena, mucho, creo que estoy más fuerte a nivel mental además, no solo en un plano físico. Esto es algo que hay que hacer todos los años, los pilares hay que ponerlos siempre o no tendrás la casa que quieres.

Como le pasa a mucha gente con MAPOMA en esta parte del año ya veo los objetivos en el horizonte, el 4 de mayo arranco la temporada en Talavera con casi total seguridad. Lo bueno que tiene el tri es que no te lo juegas a una única prueba, cuando arrancas caen competiciones una detrás de otra alargando el disfrute. Es como si te preparases para un maratón, te recuperases muy rápido y tuvieses maratones cada 3 semanas. Curioso, ¿verdad? Constancia y pasión amigos, ésa es la clave para muchas cosas en la vida.