Parece que estamos en el mes de los descubrimientos, lo
bueno de no haber (si es que tiene algo positivo) hecho deporte nunca es que no
tengo prejuicios ni ideas preconcebidas. Me voy dejando guiar y estoy abierto a
que pongan cosas dentro de mi cabeza, ocurre como con los médicos, tienes que
encontrar uno que te dé confianza y a mí me pasa con mi entrenador. Si hay algo
en lo que he mejorado este año, aparte de lo evidente, es en la capacidad de
sufrimiento, la tolerancia a la agonía. Estamos lejos todavía de la temporada
de triatlón, tocando mucha montaña y
pruebas como los crosses universitarios. Lo último que ha caído ha sido La
Adrada y Nebrija.
Desafío La Adrada 20K.
Poco hay que decir del entorno, la Sierra de Gredos y en
concreto esta zona del Valle del Tiétar es una absoluta maravilla. Además, los
colores del otoño (mi estación favorita) impregnan estas montañas de un
colorido excepcional, unos olores maravillosos y una temperatura perfecta para
este duro deporte. Si a esto sumamos una organización hecha desde el cariño, un
tope de 200 dorsales, una vocación de “pequeña” pero bien organizada carrera,
tenemos una de esas pruebas para repetir año tras año.
La semana había sido brutal a nivel de trabajo, celebrábamos
el evento BITAM y terminé absolutamente destrozado, así que a La Adrada llegaba
con pocas expectativas. En la línea de salida varios integrantes del Caprus y
muchos amigos, buena medicina para una semana llena de obstáculos. La carrera
tiene dos distancias, 10 y 20 Km, compartiendo hasta el km 6 de continua subida
donde nos separamos y los de la prueba de 20 tenemos que subir mucho más. Qué
decir de las vistas, los arboles, los verdes, los marrones, los amarillos, las
cascadas, las castañas, la zona es preciosa. Poco a poco se va empinando el
trazado y hago varios kilómetros a ritmo sin pararme a andar, me sorprende
poderosamente porque yo no era capaz de hacer eso hace pocos meses. Voy
escalando alrededor de las 170 ppm y controlando la respiración al lado del Mister,
ni me lo creo. Llegamos arriba del todo, avituallamiento y para abajo. La
bajada es rápida, por una senda perfectamente balizada. “Lanza la pierna Suso,
aumenta esa zancada” me dice Miguel, lo cumplo, vamos rápido, apoyo, apoyo,
apoyo, nunca he bajado tan rápido. Entre un mar de colores aparece el valle al
fondo, ¿por qué no tengo un Me Gusta en el cerebro? Si pudiese transmitir todo
esto a alguien sedentario lo levantaría del sillón. Entonces llegan algunas
zonas técnicas y es aquí donde aflojo, no bajo bien, mi hiperpronación es
brutal y tengo unos tobillos de gelatina, apoyo con cuidado y PLAS!!! Un compi
se accidenta y se hace polvo, sangre, está algo aturdido, le ayudo a levantarse
y aparecen dos corredores más. Se recupera y se anima a seguir, bajamos juntos
corriendo como podemos. Esto me saca un poco de la carrera, vuelvo a pillar al
Mister “centrate Suso”, y me pongo a ello. Llegamos a la zona más técnica, aquí
pierdo tiempo, apoyo mejor que otras veces pero no es suficiente, volvemos a la
pista y vuelvo a lanzar la zancada. Tocamos asfalto, esto termina, empezamos a
entrar al pueblo y SOPRESA, los de 20 se desvían. Subimos poco a poco por un
camino y como una broma de mal gusto aparece la madre de todas las cuestas, ya
me lo avisó Cesar Hernandez del Kerkus, pero es más de lo que imaginaba. Subimos
andando, no hay fuerzas para hacerlo corriendo y los músculos de las piernas se
quejan con razón. Se hace largo, es un tubo con rocas en el que no se ve el
final, parecemos hamsters corriendo en la noria de la jaula, hace daño este
tramo sobre todo a nivel psicológico. Y bajamos, bajada técnica a escasos 500
metros de meta, no tengo fuerzas para brincar entre piedras, lo paso como puedo
y al tocar asfalto me lanzo, lo doy todo, adelanto a gente y me exprimo, entro
en meta vacío y muy contento. Hoy me he sentido atleta, aunque sea solo un
poquito, queda mucho por recorrer pero la dirección es la correcta.
Cross Universidad de
Nebrija
Me doy cuenta de que estas pruebas cortas y explosivas son
muy adictivas. Sé que las tendencias ahora mismo son a Ultramegamaratones,
Tripleironmanes….y cosas por el estilo. Sin embargo yo voy al revés ahora
mismo, no me llaman la atención las distancias tan largas. Supongo que tiene
que ver con que tímidamente empiezo a ser algo rápido, o al menos, tener la
velocidad suficiente para disfrutar de pruebas de este estilo. Es como si te
dejan un F1, si no sabes manejarlo es difícil que disfrutes ni una curva, pero
si coges un poco de tono muscular para aguantar el coche y te explican todos
los botoncitos, probablemente flipes en colores. Y este último es mi estado,
así lo siento.
Como en cualquier cross universitario fuimos muchos miembros
del club, este año el dorsal lo daban a cambio de 1 kilo de comida para
Filipinas, me parece una gran iniciativa. El Mister dice que la estrategia es 1
vuelta de reconocimiento y luego acelerar, bueno, lo de reconocimiento no sé
donde se quedó. El circuito es duro, son tres vueltas de sube y baja con una
cuesta de las que hace mucha pupa. El día anterior metimos una sesión muy
fuerte de gimnasio y lo noto en las piernas, voy todo el rato a lo que doy,
descubro un nuevo nivel al no poder tragar saliva, no puedo, necesito todo el
aire, tengo que escupir en las bocanadas como puedo. Boqueo como un pez
subiendo la cuesta antes de la meta y me lanzo a por ella como un loco. Cruzo y
no puedo hablar unos minutos, tengo una pequeña sensación de bajón, nunca he
corrido 6.800 metros con este nivel de exigencia. Poco a poco se me va
dibujando una sonrisa, viva la explosividad, viva llevar el corazón en la boca
de principio a fin, vaya sensaciones más acojonantes aunque vayas sufriendo una
agonía tremenda. Sé que esto no lo va a entender mucha gente, pero es lo que
siento y yo me guío por mis percepciones no por lo que le guste a la mayoría.
Es un año ya casi lo que llevo con un entrenamiento estructurado y empiezo a
ver cosas, y mi cuerpo me habla, y no escucharlo es una tontería.
Arranca en breve diciembre con 3 pruebas que me gustan
mucho, Cerro Marmota, Patones y Pedrezuela. Seguiremos esforzándonos y
disfrutando a parte iguales, espero veros a muchos a lo largo de este mes J
Guau Suso, es impresionante la progresión que estás teniendo y lo que más me gusta es lo mucho que la estás disfrutando! ya veo que diciembre lo tienes cargadito, jeje, a pasarlo bien con los compañeros y ya verás que cuando llegue la temporada de triatlones vas a estar mejor de lo que imaginas! un besote, como siempre un placer poder saludarte en persona
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