lunes, 5 de mayo de 2014

VI Triatlón de la Cerámica



La verdad es que casi se me olvida lo que me gusta este deporte. El periodo entre una temporada y otra es largo, vas viendo como otros compis terminan maratones, trails, etc, y se te ponen los dientes largos. Tu sigues con tus “cosas de triatleta” y es verdad que se puede hacer algo duro. Al llegar a Talavera, llevaba una sonrisa de oreja a oreja y ya desde que entraba a coger el dorsal me he subido a una nube. No conozco otro deporte más flipante que este, es lo más endorfínico que he hecho nunca y es que son muchas las sensaciones que hay a lo largo de un triatlón, sobre todo si es en un entorno tam bonito como este. Talavera lo hice el año pasado por primera vez y decidí que esa prueba sería una fija en mi calendario. Desde este humilde blog quiero dar la enhorabuena a la organización y los lugareños, la verdad es que todo fue perfecto y se nos recibió con mucho cariño en la ciudad de la cerámica.

Hoy he sido consciente de varias cosas. La primera es que, aunque me muevo con mas soltura en los boxes, todavía me queda mucho que aprender. El cuidado y la colocación de todo lo tengo ya bastante resuelto pero tengo que mejorar los tiempos de las transiciones. La segunda son los imprevistos, el tri es un deporte muy complejo y en cualquier momento te puede pasar algo. Tienes que estar mentalmente preparado para lo que sea. La tercera es que me falta mucha fuerza encima de la bici, pero también es cierto que la manejo mucho mejor, por fin me he podido bajar en marcha de ella y he empezado a usar gomas aunque todavía no me atrevo a saltar en mi Imperiosa. La cuarta que sé sufrir, el Mister me ha enseñado a tolerar y gestionar el sufrimiento para poder competir en la parte alta de mi pulso, y se nota, vaya que si se nota. Las sensaciones en la carrera a pié han sido increíbles.

Llegamos pronto y enseguida nos encontramos con algunos amiguetes. Rápido recogemos dorsales, chip y nos marcan. Acto seguido pasamos control de material y montamos los boxes. La verdad es que todo transcurre con bastante calma, me siento muy a gusto. Me encantan estas pruebas ”pequeñas” hechas por clubes, de triatletas para triatletas, apenas 200 dorsales y muy buen rollo. El compañerismo aparece por todos los lados, consejos, ayudas, se respira muy buen ambiente. Calentamos un poco y nos ponemos los neoprenos, entonces yo me meto en mi mundo y me tiro al agua.

No hay color con la pasada edición, hay algo de corriente pero es soportable y la temperatura tampoco es tan fría como el año pasado. Sin darnos cuenta dan la salida y el tranquilo río entra en ebullición. Voy cómodo, acelerando poco a poco en un mar de pies y manos, entonces ocurre, ¡ZAS!, me sueltan una patada justo debajo de las costillas que me deja roto. No puedo respirar, me doblo, duel
e, me paro, braza, respiro, suelto aire, joder…me ha dolido mucho y me ha parado en seco. No pierdo la calma y poco a poco me voy recuperando, entonces arranco a nadar y sigo hacia la primera boya. La doblo con facilidad, me oriento a la segunda y la paso bien pero cometo un error. La primera norma del triatlón es “nada con calma”, estoy picado por el tiempo perdido y pillo unos pies de uno que va bastante rápido. Me vacío en este tramo contracorriente, me pongo a nadar a toda hostia y eso lo pago, karma instantáneo. Salgo del agua por la barandilla y me doy cuenta de que la he cagado, voy cardiaco perdido, creo que un poco hiperventilado y algo mareado. Me voy quitando el neopreno hasta que llego a mi puesto. Estoy desorientado, no me centro, pierdo bastante tiempo hasta que consigo colocarlo todo y puedo arrancar el segmento de bici. Cuando me subo sigo un poco desconcertado, bebo isotónico, meto los pies y ajusto las zapas, con calma me voy recuperando.

Cuando llegamos el Mister vio el viento y como perro viejo que es ya me dijo que lo pillaría en contra a la subida, así que: “no te vacies Suso, no se pelea contra el viento”. Y efectivamente, así ocurrió. En la subida regulo y busco un desarrollo relativamente cómodo para no petar, al coronar el viento pega bastante fuerte y yo sigo con la idea de controlar un poco. Giro y aquí la cosa cambia, acelero y bajo hasta Talavera sin tocar el freno, QUE GOZADA. Tenemos la carretera para nosotros y es una pasada ir en competición volando cuesta abajo con la bici, tumbándola de lado a lado de la carretera, trazando como si el binomio que formamos tuviese un solo alma. Aparece Talavera al fondo, la estampa es preciosa, no quiero ver la velocidad que llevo, no me interesa, solo quiero seguir bajando hasta el infinito. Disfruto una barbaridad. Entonces toca conectar el cerebro, quito desarrollo y me centro en llevar bastante cadencia. Saco los pies de las zapatillas, me levanto, paso la pierna por encima del sillín y me bajo en marcha. Esto me pone a mil, es la primera vez que lo hago en competición y suelto adrenalina por todos mis poros. Dejo a Imperiosa, me calzo y salgo pitando. Al contrario que antes, esta sí que es una buena transición.

La carrera con cojones, dicen que no tiene más estrategia que esa, adelanto a un chaval que me pasó en la bici y le veo bastante jodido, supongo que se vació subiendo. El cuerpo empieza a funcionar antes que otros triatlones, enseguida alcanzo las pulsaciones y las sensaciones que quiero, de aquí al final es un aguantar la agonía sin pasarse para no desfallecer. Entro en la meta como me gusta, acelerando los últimos metros y con sensación de haberlo dado todo, extiendo los brazos en un intento de abrazar la meta, como si fuese algo tangible, me siento exhausto y vivo.

He terminado muy contento porque llevo unas semanas con muchos viajes y sin poder entrenar como debería, aparte de algún que otro problemilla que me ha tenido distraído. Sin embargo he tenido sensación fortaleza. La conclusión es que me noto más maduro como triatleta, es mi deporte, es el que me gusta, pero todavía queda mucho por aprender y mejorar. De hecho queda muchísimo, pero como podéis leer, ganas no me faltan.


Fotos cortesía de Miguel Rodriguez.

8 comentarios:

  1. No te gusta el tri. Nada. Enhorabuena!!! A seguir al lío.
    Un abrazo

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    1. De donde te has sacado que e gusta el triatlón??? jajaja Un abrazote ;)

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  2. No te desanimes, el triatlón te acabará gustando. Enhorabuena.

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  3. Wow, qué crónica, se nota tu pasión en lo que haces! recuerdo que el año pasado tanto Almu como tú hablabais de lo duro que fue nadar allí, aunque este año el problema fue esa patada... Por suerte, pudiste reponerte y completar la prueba a lo campeón, felicidades Suso!

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  4. Escribes como duermes, a pierna suelta.
    Enhorabuena...

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