martes, 22 de julio de 2014

IV Triatlón Juan Carlos I. Tan cerca y tan duro.

El Triatlón Juan Carlos I ha vuelto a hacerse este año, como no podía ir a Riaza justo al siguiente fin de semana me venía perfecto para cambiar una competición por otra. Este año, la novedad, es que habían incluido distancia Olímpica (la que me gusta) con circuitos renovados. Me llamaba la atención nadar en esa ría, me habían avisado que era un lodazal y estaba llena de mierda, pero yo es que soy así, cuanto más bizarro sea el sitio pues mejor. Luego resultó que el agua no era más asquerosa que la de otros sitios, lo vi en la línea de la CdC, el Tajo en Talavera, el embalse de Juarros, etc. Alguno comentó que había más agua que en la última edición y que lo habían limpiado, que la diferencia era enorme.

Como siempre allí llegue muy pronto, a las 7:30 se repartían dorsales y a las 7:30 lo recogí. Enseguida me encontré con Javi y Yolanda a la que desvirtualizo, charlo un rato con ellos y me voy a pasar el control de material. Ya veo que la gente del olímpico está muy fina y es que apenas somos 100 participantes, hay nivel, en el Sprint hay de todo un poco. Muchas risas, solidaridad, consejos, el buen ambiente sigue imperando en este deporte. No sé por qué leo de vez en cuando en foros, Facebook y demás, que los triatletas somos unos chulos, etc. Francamente no lo entiendo, y animo al que quiera a pasar por unos boxes para que vea la solidaridad y el buen rollo que hay. Según estoy montando me llama Miguel, han llegado varios compis del club para animarme, uno de esos detalles que se agradecen hasta el infinito. Qué grande es mi club Atletismo Caprus, pocos sitios he visto con tanta calidad humana.  
Con todo montado ya y el tritraje ajustado vamos dando un paseíto hasta la zona de salida que está a 10 minutos andando, hace algo de viento y buena temperatura. Nos encontramos con Almu que esta trotando por la zona también. Nos tiramos varios al agua para calentar y es entonces cuando veo que es más o menos lo de otros sitios, me recuerda mucho al agua de la Casa de Campo la verdad. En seguida los jueces nos llaman a colocarnos detrás de una cuerda, nos dan las últimas instrucciones y al toque de bocina se desata un terrible maremoto.

Arranco a nadar y ocurre algo curioso. La ría no es muy profunda, cubre por el pecho, supongo que el oleaje que generamos choca con el fondo y lo amplifica, parece que estamos nadando en un mar embravecido con Neptuno intentando ahogarnos. La sensación es que el agua te chupa, que el culo se hunde, que la ría te succiona, cuesta nadar. Además, llueven hostias por todos lados, esto es lo de menos porque todos estamos acostumbrados, no hay malos rollos ni recriminaciones. Es imposible seguir pies, imposible orientarse bien, voy por instinto siguiendo al grupo en el que estoy metido. 100 guerreros luchando contra el agua, castigándola a base de golpes como si nos fuese la vida en ello. Creo que nos comportamos como hacen los bancos de peces girando al unísono, se me cruzan compañeros por todos lados, me agarran de los pies, de las manos, de la cabeza, intento no pensar y concentrarme en la técnica, aunque cuesta. Poco a poco la cosa se estira y al pasar la primera boya de giro, a unos 800 metros, ya puedo nadar más a gusto. Encuentro el ritmo adecuado, respirando bien, agarrando agua pero sin vaciarme. Salgo bien, perfecto para pillar un buen grupo, transición rápida y a rodar. 30´en el agua.

Voy con poco desarrollo para ir activando piernas por un tramo de enlace hasta el circuito al que hay que dar cuatro vueltas, en seguida me doy cuenta de que va a ser duro. El recorrido es muy revirado, está lleno de giros de 90 y 180 grados, glorietas, badenes, rampas, subidas y bajadas en curva, tremendo. Creo que no llevé ni un minuto el mismo desarrollo, hay que estar jugando con el cambio continuamente, levantándose de la bici continuamente, agarrando bien el manillar continuamente, y estando muy atento a todo. No se hacen grupetas, es imposible, lo intentamos alguna vez pero es peligroso, la prueba termina convirtiéndose en un Olímpico sin drafting en el que ves que los que lo llevan no hacen uso del acople, es que no da tiempo a hacerlo. Aprovecho para ir comiendo una barrita en trocitos e hidratarme bien. Cuando se nos juntan los del Sprint se vuelve más jorobado el tema porque hay mucho MTB de por medio. La verdad es que no tengo ningún susto ni nada por el estilo, pero sí que voy muy alerta, adelantando gente con mucho espacio y esos detalles. Poco a poco voy completando el circuito a mi rollo, intentado ir todo lo deprisa que puedo pero sin darlo todo, que luego hay que correr. Busco un desarrollo cómodo en el tramo de enlace y entro a boxes, la bici en 1:38.

Hago otra transición mecanizada, salgo ligero de los boxes y me centro en alargar la zancada, en la técnica. El ritmo es alto, voy a 4:40 más o menos pero dura poco. Enseguida el circuito se muestra como es, duro. Igual que en la bici rampas que te rompen el ritmo, giros de 90º, me recuerda mucho al típico circuito de cross. Me guio por sensaciones y tiro de toda la técnica que he aprendido en Caprus. Braceando para subir, buscando el segundo aliento en las subidas,  y a cada paso por meta la gente de mi club animando que me da alas. Al completar la primera ya voy metido en mi mundo, en el nivel de sufrimiento que me gusta, me tomo un gel con cafeína y a concentrarse y seguir. Me voy marcando objetivos, veo gente que llevo delante y me centro en irlos pillando poco a poco. Me encuentro muy cómodo, sufriendo pero cómodo. Me veo con energía, con una zancada ágil, con buenas sensaciones en un circuito que no te deja respiro. Igual que en la bici, el tema es que no tienes prácticamente descanso y no puedes ir tan en automático como en un circuito más lineal. En la última cuesta cazo al último que podía pillar y aprieto para que no me adelante, consigo ese punto en el que puedo ir dándolo todo sin enterarme de lo que ocurre en el mundo exterior. Satisfacción total al cruzar la meta, 3:02 que están muy lejos de los 2:30 de Astromad pero que me han sabido igual de bien, la carrera la hago en 53 minutos. En el triatlón influyen muchas cosas, por eso no hay tanta marquitis como en otros deportes. Me quedo con muy buen sabor de boca para Aranda de Duero el 10 de Agosto porque este no ha sido un triatlón fácil.


Me ha parecido una prueba dura pero muy recomendable, un triatlón a menos de 10 minutos en coche de mi casa donde probarte bien. La natación me ha encantado, el ir avanzando por la ría y que la gente pueda seguirte por los lados y los puentes me ha gustado mucho. La bici bastante técnica, creo que es el calificativo más adecuado, no había grandes subidas ni nada parecido pero no había tregua. Y un circuito a pié que no te dejaba un segundo de respiro, con un recorrido similar al de un cross. Volveré, sin duda. 



Fotos robadas a Miguel Rodriguez, gracias! :)

2 comentarios:

  1. Buena carerra Suso, se nota que has disfrutado mogollon, de lo cual me alegro,
    macho come que te estas quedando en el chasis!!!!
    un abrazaco

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